Precisa el Perfil del Promotor Social , Amanda Uribe

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jueves, 28 de noviembre de 2013

RESUMEN

  PROBLEMAS SOCIALES
 
La devoción religiosa se convirtió en el incentivo más poderoso para la benevolencia y la caridad. La caridad era muy apoyada por las persona porque querian sentirse parte de dios y recibir su gracia y sentirse que hacian una buena obra.
Los primeros cristianos se ayudaban mutuamente a enfrentarse a la pobreza y a la persecución, pero la iglesia medieval confió en la administración de la caridad de los obispos, a los sacerdotes locales y a los diáconos. Con la creciente influencia de la iglesia y la aceptación del cristianismo como religión de estado, se establecieron instituciones para los pobres monasterios, instituciones que servían como orfelinatos, como asilos para los ancianos, para los enfermos y los inválidos, así como refugio para la gente sin hogar.
Las viejas instituciones eclesiásticas en las que se brindaba caridad fueron parcialmente sustituidas por los hospitales que atendían a las personas ancianas y enfermas, a los huérfanos, a los niños abandonados y a las mujeres embarazadas. Se convirtieron en la principal agente de la caridad medieval. Los hospitales se fundaron con la ayuda de los donativos hecho por los reyes, los duques y los miembros de la aristocracia. Solo algunos de los desamparados encontraron protección y refugio en estas instituciones, muchos mendigos vagabundos continuaron deambulando por los caminos y se convirtieron  en una plaga contra la cual no pudieron hacer nada los gobiernos locales ni los estatales.
Otro conflicto surgió a causa de la mala administración de las instituciones eclesiásticas y de los hospitales, así como de la malversación de los fondos destinados a ellos, que dieron como resultado el que se hicieran críticas, se establecieron medidas de control y grupos de inspección manejados por los estados.
Todavía más violento llego a ser el conflicto entre la Iglesia y el Estado en el siglo VXI, durante el periodo de la reforma. En Alemania, Martin Lutero pidió, en una alocución publica que tituló: "Llamado a la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana"(1520), a los principales que prohibieran la mendicidad y que organizan en todas las parroquias un "fondo común" para reunir el dinero, la comida y la ropa destinados a socorres a los necesitados. 
Juan Luis Vives propuso dividir la ciudad en barrios parroquiales, asignando dos senadores con un secretario a cada barrio, para que investigaran las condiciones sociales de toda la familia indigente, y para proporcionar ayuda por medio de la preparación vocacional, o para los oficios, el empleo y la rehabilitación, en lugar de la acostumbrada distribución de limosnas. Para los ancianos y los desocupados Vives pidió que se les internara en un hospital (asilo). Pasaron dos siglo y medio para que los métodos de Vives fueran llevados a la práctica. La ciudad fue dividida en sesenta barrios, cada barrio tenía aproximadamente el mismo número de familias pobres.
El reformador más importante de las obras de caridad de la Iglesia Católica fue el Padre Vicente de Paul, en Francia, que vivió durante el siglo XVII. Después de compartir vario años el destino de los más desamparados, escapo y consagro entonces su vida a mejorar las obras de caridad, especialmente para los prisioneros y sus familias, los huérfanos, los hijos ilegítimos, los enfermos y los hambrientos.
LAS PRIMERAS OBRAS DE CARIDAD EN INGLATERRA
 
En la Inglaterra medieval el cuidado de los pobres era una actividad de la iglesia. Dar limosnas a los desamparados, los ciegos y los cojos era un deber religioso, y un medio de salvación de la amenaza del castigo divino después de la muerte. Al iniciarse el siglo XIV se empezó a distinguir entre dos tipos de pobres: el cojo, el anciano, el enfermo, el niño y la mujer embarazada. Para el cuidado de los pobres, la iglesia destinaba de un cuarto a un tercio de las dadivas y limosnas que recolectan entre sus feligreses. La ayuda a los desamparados fue primero distribuida por el sacerdote de la parroquia, es auxiliado por los diáconos y sacristanes.
La emancipación del trabajador rural, que dejo de ser ciervo de las grandes haciendas, creo nuevos problemas. Antiguamente, el ciervo y su familia eran vestidos y alimentados por el señor de la tierra, y la señora cuidaba a los ancianos y a los enfermos. La emancipación dio l trabajador y a su familia la libertad para ir de un lado a otro; pero lo privo de su antigua seguridad. En épocas de desempleo, de enfermedad, de ancianidad, o de invalidez, se veía obligado a mendigar. Al iniciarse la revolución industrial, la elaboración de la lana ofreció nuevas oportunidades a la clase trabajadora, pero los trabajadores residentes fueron los primeros contratados.
La primera ley que se promulgo en Inglaterra acerca de los pobres fue originada por una catástrofe nacional. En 1348 la plaga, o la “peste negra”, que llego Levante en barcos que llevaban ratas infectadas, mato a dos terceras partes de toda la población inglesa en solo dos años. Causo una grave escasez de mano de obra en las haciendas y provoco un ascenso vertical en los salarios.
En 1601 la ley decia que una persona pobre no podria registrarse en la caridad si sus parientes podrian mantenerla.
 
EL TRABAJO INFANTIL Y LA LEGISLACION FABRIL
Los niños sin familia eran puestos a trabajar bajo el dominio de artesanos, o en el duro trabajo impuesto en los asilos. El desarrollo de las fábricas textiles en el siglo XIX, sin embargo, ofreció una oportunidad sin precedentes para emplear en sus labores a los niños de los asilos.
El día típico de un niño pobre alquilado a una fábrica textil era el siguiente: los niños eran obligados a levantarse a las cuatro o las cinco de la madrugada. Los más pequeños tenían que recoger el desperdicio de algodón que caía al suelo, y en esto trabajaban todo el día. Los niños de 6 o 7 años eran puestos frente a la rueda de hilar, donde sus dedos pequeños, hábiles y flexibles, podían ensartar la hebra con más rapidez que los adultos. Los niños generalmente disponían de media hora para un frugal desayuno y de una hora para un almuerzo de calidad similar.
El primer paso que se dio para la protección de estos niños correspondió a la Ley de Sanidad y de Moralidad de 1802, aprobada por iniciativa de Sir Robert Peel, quien se oponía a que se emplearan niños en el trabajo de las fábricas textiles. Esta ley de 1802 redujo las horas de trabajo de los “aprendices indigentes” a solo 12 horas al día, y prohibió el trabajo nocturno para los niños.

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